No dejes para mañana...
Me he dado cuenta de algo: pareciera que últimamente me dejara absorber a propósito por mi trabajo, los pendientes y actividades banales (como ver la TV, escapar al cine aunque la cartelera no ofrezca nada bueno, irme al billar que me queda a dos cuadras del trabajo, dormir mucho o cualquier otra cosa) todo con tal de evadir el hecho de que me es urgente y necesario organizar muchas cosas en mi vida... y no porque la vida tenga que vivirse así, organizada de la A a la Z, sino porque creo en eso de la energía que fluye en nosotros y a nuestro alrededor y pienso que si uno deja ciclos abiertos, por asuntos más pequeños que pudieran ser, la energía simplemente se atasca, no fluye como debiera fluir... siento como si todo eso que me falta por hacer fuera una piedra muy molesta en el zapato. De lo que ahora recuerdo, tengo que presentar mi declaración de impuestos -bastante atrasada ya-, poner orden en los cajones de mis escritorios -el de la oficina y el de mi casa-, en mi habitación, ordenar los archivos de la computadora, ordenar los proyectos y anhelos en mi cabeza, saldar mis cuentas pendientes con la universidad!!! (eso es lo que más apremia)... perdonar y perdonarme tantas cosas, y olvidar otras más, etcétera, etcétera. A la larga también, he adquirido una especie de miedo por mí mismo, por el futuro... y uno grande a la incertidumbre... la económica sobre todo... No sé qué sucede conmigo, quizá sea esta transición a la adultez y la suma de responsabilidades para con uno mismo, quizá. Estoy en un trabajo que me demanda casi todas las horas de mis días... (de lunes a sábados y en ocasiones domingos) y he resuelto que no me hace feliz en lo absoluto, por diversas razones. Definitivamente no me hace feliz (vaya, ¡lo dije!). Y sigo ahí, aunque sé de mis capacidades y que la vida te presenta siempre distintas oportunidades. Quizá sea cuestión de suerte para estar en el momento y lugar adecuados. Así, después de meditarlo un poco, lo que percibo es lo siguiente: Quizá en el fondo, no sea la oscuridad la que me de miedo, sino la claridad que posiblemente tengo frente a mí, la que me vislumbra..... quizá...
Me viene a la mente una de las tiras de Quino, de los comics de Mafalda, donde Felipito coloca un cartel en su recámara que decía "No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy"
Y tras pegarlo se dice así mismo "¡Desde mañana mismo empiezo!" (jajaja, me río de eso y de mí mismo) porque como que he sido muy Felipe por muchísimo tiempo...
Supongo que a muchos pasa algo similar alguna vez, que uno se estanca y se acobarda de repente a pesar de las posibilidades... no sé porqué sea, pero esta vez, o desde tiempo atras, me ha pasado a mí... que hasta pareciera que la lluvia que acaricia el pavimento del otro lado de mi ventana esta noche, también mojara mi interior, apagando de golpe cualquier resquicio de esperanza y ánimo, ese fuego que lo impulsa a uno a aventarse de lleno a la luz o de plano cerrar los ojos para dejarse, sin temor alguno, caer...
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