martes, noviembre 1

Más allá de los durmientes...

Cuando niño uno es enano entre ombligos
pero gigante entre rodillas;
uno come, duerme y pinta,
uno cree e inventa, se hincha y se transforma;
de los dedos crecen sueños y uñas negras,
de las manos... las rayas del destino;
La inocencia se expande y no cesa el hambre,
ni la sed ni la gloria.
Cuando niño uno es arquitecto en el cielo, y puentes y figuras...
uno mastica chicle y un poco de todo;
el agua es un monstruo y la tierra un manjar,
le brota a uno mugre en las ropas y racimos de sonrisas,
y a veces el llanto en las aceras y sus caramelos tranquilizantes...
Cuando niño, no existe la muerte, ni el pudor ni el prejuicio,
sólo duendes de azúcar y escondites con fantasmas;
Cuando niño yo era Zeus y el ferrocarril,
cabalgaba en el regazo de mi padre y volaba sin gasolina...
fui minero, luchador y sabandija...
doctor de lagartijas y abejas, ¡ah! y tortillero oficial...
Cuando uno es niño la tachuela, el columpio y los bichos y el ratón...
Por eso ahora, cuando así lo deseo, vuelvo siempre al viejo vagón y
de repente la memoria y la llanta del sauce... y mi madre y yo.

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Time Transfixed, R. Magritte