Quisiera decir tantas cosas... sólo que mis dedos se han quedado mudos....
Puedo decirles que los he leído. A todos, en sus blogs. No he dejado recados, pero los he leído.
Afuera llueve... un tanto como aquí adentro. Claro que acá adentro no con agua como suele llover en cualquier lugar del mundo. Esta "lluvia" de adentro de uno, a la que me refiero (y a la que también suelen referirsde los poetas), está compuesta de otros elementos. Pero bueno, llueve, que es lo relevante. Y también se siente frío. Eso puedo decirles esta noche: Que no sé cómo decir tantas cosas que quisiera decirles y que llueve y que hace frío (tanto afuera como adentro). Y así las cosas.
Es curioso, tenemos un cachorro nuevo en casa (Es un Pug y lo trajo de su casa de Chiapas uno de los amigos con quienes comparto aquí la casa) . Ésta tarde salí al patio a rascarle la panza. No se dejó rascar. Sólo me veía, quieto, con sus ojos grandes y tristes. Como le lloraban un poco, pude saber que tenía un compañero de "lluvia". Así que le dije a mi amigo (quién es dueño del cachorro) "¿Y si lo dejamos entrar?" Pero él no quiso. Que porque siempre está afuera, que así esta acostumbrado. Vaya injusticia con el pobre Roco. "Así está acostumbrado... mmm". Decidí hacer protesta. Tomé mi chaqueta y fuí al patio a instalarme junto al cachorro. Ahí nos quedamos los dos un largo rato, viendo pasar el tiempo. Los dos callados. Cada quién con su propia lluvia... Después tuve que volver al trabajo. Y he estado sumergido en la computadora todo el resto de la tarde. Se fueron los demás y yo seguía con los pendientes. Ahora me duelen los ojos también. Y tengo un poco de hambre. Creo que comeré un par de rebanadas de pan tostado con jalea y un vaso de leche antes de dormir. Si no me ve nadie, dejaré entrar a Roco a la cocina para hacerme compañía. Me consuela que el patio es muy amplio y está techado. Sé que por la noche estará bien. Y respecto a mí... creo que mis dedos cedieron un poco... así que aprovecho para saludarles y desearles lo mejor para este año que recién comenzó. Mucha suerte para todos y un abrazo grande. Yo sigo por acá... con mis silencios, mi lluvia, mi frío... y un nuevo amigo de ojos grandes que me enseñó que aunque sea en el patio trasero tengo un espacio donde ir a sentarme con compañía, para así mirarme para adentro, sentir la vida acariciándome en forma de viento frío y quedarme callado.
Puedo decirles que los he leído. A todos, en sus blogs. No he dejado recados, pero los he leído.
Afuera llueve... un tanto como aquí adentro. Claro que acá adentro no con agua como suele llover en cualquier lugar del mundo. Esta "lluvia" de adentro de uno, a la que me refiero (y a la que también suelen referirsde los poetas), está compuesta de otros elementos. Pero bueno, llueve, que es lo relevante. Y también se siente frío. Eso puedo decirles esta noche: Que no sé cómo decir tantas cosas que quisiera decirles y que llueve y que hace frío (tanto afuera como adentro). Y así las cosas.
Es curioso, tenemos un cachorro nuevo en casa (Es un Pug y lo trajo de su casa de Chiapas uno de los amigos con quienes comparto aquí la casa) . Ésta tarde salí al patio a rascarle la panza. No se dejó rascar. Sólo me veía, quieto, con sus ojos grandes y tristes. Como le lloraban un poco, pude saber que tenía un compañero de "lluvia". Así que le dije a mi amigo (quién es dueño del cachorro) "¿Y si lo dejamos entrar?" Pero él no quiso. Que porque siempre está afuera, que así esta acostumbrado. Vaya injusticia con el pobre Roco. "Así está acostumbrado... mmm". Decidí hacer protesta. Tomé mi chaqueta y fuí al patio a instalarme junto al cachorro. Ahí nos quedamos los dos un largo rato, viendo pasar el tiempo. Los dos callados. Cada quién con su propia lluvia... Después tuve que volver al trabajo. Y he estado sumergido en la computadora todo el resto de la tarde. Se fueron los demás y yo seguía con los pendientes. Ahora me duelen los ojos también. Y tengo un poco de hambre. Creo que comeré un par de rebanadas de pan tostado con jalea y un vaso de leche antes de dormir. Si no me ve nadie, dejaré entrar a Roco a la cocina para hacerme compañía. Me consuela que el patio es muy amplio y está techado. Sé que por la noche estará bien. Y respecto a mí... creo que mis dedos cedieron un poco... así que aprovecho para saludarles y desearles lo mejor para este año que recién comenzó. Mucha suerte para todos y un abrazo grande. Yo sigo por acá... con mis silencios, mi lluvia, mi frío... y un nuevo amigo de ojos grandes que me enseñó que aunque sea en el patio trasero tengo un espacio donde ir a sentarme con compañía, para así mirarme para adentro, sentir la vida acariciándome en forma de viento frío y quedarme callado.
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